“Los Roques es lo más bonito del Caribe pero este año nosotros no vamos a ir, la cosa está muy mal en Venezuela y nos da miedo”. Eso es lo que nos dijo un italiano que conocimos en Grenada y que lleva navegando por el mundo más de 10 años.

La mayoría de cruceristas que hemos ido conociendo durante el camino se iban a saltar Los Roques por la situación política en Venezuela y es normal viendo los ataques de piratas que han habido este año cerca de la costa Venezolana. Hay que recordar que Los Roques y las Aves están a más de 60 millas náuticas de las costas venezolanas.

Nosotros estuvimos a punto de no ir. Hablas con la gente y te meten el miedo en el cuerpo y te generan dudas. Pero de repente te enteras que una pareja de ingleses acaba de pasar por los Roques y no han tenido ningún problema. Justo cuando leemos por Instagram la historia de esta pareja estamos con los amigos españoles que conocimos en Carriacou y estaban a punto de zarpar hacia Bonaire pero también estaban con las dudas de si pasar por los Roques o ir directamente a Bonaire. Al final deciden pasar por los Roques en su travesía a Bonaire y nos cuentan que es precioso y no han tenido ningún tipo de problema. A excepción de cuando tocaba tratar con las autoridades locales y sobre todo con el tema de los pagos.

Bien, si el único inconveniente es la burocracia y el tema de pagos, creemos que no es un verdadero problema y solamente una molestia y una parte más de nuestro viaje.

Al final decidimos que solo vamos a tener esta oportunidad en la vida de conocer Los Roques y no la queríamos dejar pasar por los comentarios de otros cruceristas y damos por buenas las opiniones de los amigos venezolanos que conocimos en Grenada y sobre todo por aquellos que han ido delante de nosotros este año.

Así que después de darle muchísimas vueltas decidimos que Si, vamos a navegar a Los Roques desde Grenada. allá vamos Venezuela!

Zarpamos de Grenada el 9 de Julio del 2019 a las 6 de la mañana rumbo a los Roques y para evitar acercarnos a la costa continental de Venezuela, vamos a realizar dos bordos de 150 millas cada uno. El primero rumbo noroeste y el segundo rumbo suroeste que nos llevaría directamente hasta Los Roques. Como la dirección del viento era de 90°, nos venía de lujo para que el viento nos entrara por la aleta.

Rumbo a Los Roques.
Navegando solo con el génova dirección a Los Roques.
Entretenimiento a bordo.

La previsión era de vientos de 15 nudos con rachas de 20 nudos. Sin embargo la previsión está vez no fue a más, como suele ocurrir con las previsiones, sino que los vientos fueron de 8 a 10 nudos con rachas de 15 nudos lo que nos obligó a utilizar bastante motor para llegar con la luz del día el viernes 12 de Julio a El Gran Roque.

Por la noche decidimos que iríamos a vela, siempre que no bajásemos de 3 nudos y por el día pondríamos el motor para ayudar y recuperar el tiempo perdido por la falta de viento. La comodidad de la tripulación femenina es un punto muy a tener en cuenta durante las travesías y escuchar el sonido del motor durante las noches no es lo mas agradable.

Atardecer en medio del mar caribe.

No nos importaba llegar en 3 días en vez de en 2 que es lo que teníamos previsto, lo que ocurría es que el cálculo después de las primeras 24h y a esa marcha nos salía que llegaríamos a El Gran Roque sobre las 23h del viernes (17h más de lo que teníamos previsto antes de salir) y llegar de noche al fondeo ya no nos hacía tanta gracia.

La travesía fue realmente tranquila. Solo pudimos ver una gran cantidad de barcos en el AIS pero en realidad no eran tales barcos. Parece ser que los pescadores locales de Grenada les ha dado por señalizar sus redes mediante sistema AIS pero aparecen configurados como barcos por lo que por el día no ves ningún barco en el horizonte y por la noche no ves absolutamente nada. Algunos disponían de luz blanca parpadeante y otros no.

Imagen del AIS a 50 millas al oeste de Grenada.

Durante las primeras 36 horas no nos cruzamos con ningún barco, fue en la segunda noche cuando nos cruzamos con los primeros mercantes, durante toda la travesía no nos cruzamos con ningún barco que nos hiciese sospechar que fueran con malas intenciones. Si que vimos a lo lejos dos barcos pesqueros pero poco más, ellos seguían su rumbo y nosotros el nuestro. Nada de piratas en el Caribe.

Si que nos encontramos con varias tormentas durante la travesía, en especial durante la primera noche y una bastante impresionante durante el tercer día que oscureció de repente todo el cielo. Como antes de la tormenta íbamos a motor porque no había nada de viento, aprovechamos y sacamos medio Génova para aprovechar los fuertes vientos de la tormenta y que nos impulsarán un poco hacia nuestro destino. Alguna racha de la tormenta llegó hasta los 27 nudos (siempre vientos de popa).

Tormenta durante el día.

Al final llegamos a El Gran Roque el viernes 12 de abril a las 18:30h después de 59 horas y 307 millas, el uso del motor durante toda la travesía fue de 25 horas en total.

Izando la bandera de Venezuela.
El Gran Roque al fondo. A 3 millas de llegar a Los Roques de Venezuela!

Llegamos a Los Roques justo a tiempo para echar el ancla, darnos un bañito, preparar la cena y yo poder descansar en una cama como dios manda después de dos noches haciendo guardia en cubierta.

Al día siguiente nos despertamos emocionados por estar en Los Roques y a la vez un poco nerviosos por no saber qué nos íbamos a encontrar en El Gran Roque, la ciudad principal de Los Roques.

Arcoíris en El Gran Roque. La cosa pinta muy bien!

Y lo que nos encontramos fue algo que nos sorprendió muchísimo. Una ciudad en la que no circula ningún coche y donde sus calles no son de asfalto, sino de arena de playa. En realidad puedes caminar descalzo por todo el pueblo y nosotros, acostumbrados que estamos a no llevar calzado, nos pareció una gran idea.

Paseando por Los Roques.
Paseando por Los Roques. Calles de arena de playa.
Arepas Venezolanas.

La ciudad está llena de pequeños hoteles que aquí los llaman posadas y cada cual tiene su propio diseño y personalidad. Ninguno se parece al otro y eso le da un toque especial a toda la ciudad.

La ciudad es pequeña y está orientada al turismo. Aquí quien no se dedica al turismo es pescador. No hay más. Dispone de un pequeño aeropuerto donde no paran de aterrizar avionetas procedentes de Venezuela continental para después mover a los turistas en lanchas a los diferentes cayos para pasar el día. Nosotros, los turistas, somos la fuente de ingresos principal de la isla. Y como es normal, la gente es encantadora y todos en la isla están muy predispuestos a ayudar a los turistas tanto extranjeros como Venezolanos.

Posadas en Los Roques.
Visitando una posada en Los Roques.

Una vez visitamos parte de la ciudad llegó el momento de realizar la entrada oficial al país y tratar con las autoridades venezolanas. Empezaba lo más entretenido del día!

Lo que voy a contar aquí es lo que nos ocurrió a nosotros, y fui tomando las decisiones sobre la marcha basándome un poco en mi propia intuición. Sin lugar a dudas el que venga detrás será totalmente distinto a nosotros, ya que aunque hay un procedimiento, dependiendo del funcionario de turno que te encuentres obtendrás un información u otra.

Como no tenía ni idea donde se realizaban los trámites de entrada, decidí ir al sureste de la isla donde se encontraba el aeropuerto. Allí una señorita fue la que me indicó que primero debía acudir a la policía local, la cual se encontraba a 50 metros del aeropuerto.

El policía que nos atendió fue muy amable y nos indicó que primero deberíamos hacer el registro de entrada de la embarcación en la autoridad portuaria. Para ello, un joven policía me acompaño caminando hasta el noroeste de la isla donde se encontraban las oficinas en un contenedor de 40 pies acondicionado para su uso. Allí el oficial me preguntó cuantos días íbamos a estar en la isla. Le dije que no lo sabía exactamente pero que no iban a ser muchos ya que estábamos de tránsito. Esto es algo que me aconsejo WOLFGANG, el cual pasó por el mismo proceso un mes antes que nosotros. De esta forma la autoridad portuaria realizó el registro de entrada en el país y el zarpe en el mismo momento. Así evitábamos tener que regresar dentro de unos días para realizar el zarpe. De momento todo perfecto.

De aquí el policía me acompaño a las oficinas de la guardia costera y es aquí donde el oficial me informó que si estábamos de tránsito podíamos evitar pagar la fiscalidad correspondiente al parque nacional que según él eran unos 250 dólares americanos y el nos podría ayudar a evitar pagar este impuesto ya que eran ellos los que patrullaban los cayos y no era necesario que acudiese a la oficina fiscal a pagar la tasa. Pero claro. Lo que me estaba pidiendo era que le pagará a él directamente una pequeña cantidad para que anotará en el papel de registro que estábamos de tránsito y solo habíamos parado para reponer suministros y combustible. Accedí y le di en mano 20 dólares. El oficial fue muy amable y me estuvo explicando que en los 5 años que él llevaba destacado en esa unidad no había habido ningún caso de ataque a embarcaciones locales ni extranjeras y que ellos se encontraban siempre alerta por el canal 16 por si surgía algún problema. Eso me tranquilizó bastante porque todavía llevábamos algo de miedo encima por lo que hemos ido escuchando hasta llegar aquí.

Para no olvidar la cadena de mando. Foto tomada en el cuartel de los guarda costas.

Desde aquí nos dirigimos de nuevo a la oficina de inmigración donde se encontraba un nuevo oficial distinto al que nos había atendido tan sólo media hora antes.

Este oficial era el que debía sellar los pasaportes para poder estar de forma legal en el país. Pero cuando vio que la guarda costera había escrito que nos encontrábamos de tránsito ya me comentó que íbamos a tener problemas con la oficina fiscal y que seguramente no nos dejarían mover el barco del gran roque durante los 3 días de tránsito que por ley podemos estar en un país. Yo le respondí que el oficial guarda costas me dijo que si estábamos de tránsito no debería acudir a la oficina a pagar la tasa correspondiente a lo cual me respondió que por él mismo me ponía el cuño de entrada en el pasaporte ya mismo pero que si no acudía a la oficina de fiscalidad a pagar la tasa él no me podía sellar el pasaporte.

Así que volvimos a salir de la oficina de inmigración y nos dirigimos de nuevo al aeropuerto donde se encontraba la oficina de fiscalidad (SATIM). Siempre acompañado por el policía joven y el cual me comentó que él no estaba para nada de acuerdo con las tasas que estaban pagando los turistas para visitar los Roques. Estaba claro que la relación entre los diferente organismos no era muy buena.

Cuando llegamos a la oficina fiscal, nos atendió una mujer con muy mal carácter y nos dijo que para poder visitar los Roques debíamos pagar 950.000 bolívares (si, los ceros son los correctos), únicamente por la embarcación, aparte deberíamos pagar por cada tripulante otros tantos miles de bolívares, al final al cambio en dólares americanos nos salía por USD170 ya que nos dijo que no era necesario que pagáramos por las dos nenas (todo un detalle).

Yo le comenté a la oficial que nos encontrábamos en tránsito a Bonaire y que nuestra intención era seguir rumbo oeste a partir de mañana a lo cual ella me respondió en un tono severo que en ese caso debíamos permanecer con nuestra embarcación sin salir de El GRAN roque durante 48h y tras esas 48h debíamos partir rumbo Bonaire directamente, sin detenernos en ningún cayo, a lo cual la oficial nos preguntó que es lo que queríamos hacer. Durante toda la conversación el policía se encontraba presente pero desde una posición que la oficial de fiscalidad no lo podía ver y me hizo un gesto como que no hiciese mucho caso a la amenaza…

Tras hablar con Maria un minuto tomamos la decisión de que nos encontrábamos de tránsito y permaneceríamos fondeados en el Gran Roque durante 48 horas y después zarparíamos rumbo a Bonaire y tal cual, se lo dijimos a la oficial. En ese momento la oficial se mosqueo bastante y redacto una nota en nuestro registro de entrada indicando que debíamos permanecer allí sin movernos durante 24h y qué estaríamos vigilados.

El policía tras escuchar la conversación nos dijo que no nos preocupáramos que esta oficina no puede controlar las embarcaciones ya que no disponen de medios, solamente los guarda costas disponen de lanchas y ellos nos han dicho que si no íbamos a estar más de 3 días no tendríamos ningún problema que estábamos dentro de la ley. La intención de la oficina del SATIM es recaudar la tarifa de estancia de los 14 días aun cuando tu idea sea no pasar más de 3 días en Los Roques.

Después de esta oficina regresamos de nuevo a la oficina de inmigración para informar al oficial de lo que nos habían dicho y lo que nos dijo fue… Lo ven, ya les dije que no les iban a permitir marcharse en las próximas 48h pero ustedes hagan lo que crean… Tras sellar los pasaportes con la entrada de ese día y la salida para 3 días después y pagar 10 dólares por cabeza (de lo cual no recibimos recibo del pago) ya estábamos de forma legal en Venezuela. Prueba superada!! Veníamos con algo de miedo por encontrarnos piratas en nuestra travesía y nos acabábamos de convertir en piratas por no querer pagar una tasa desproporcionada. Aunque según la ley no nos corresponde si no vamos a estar más de 3 días en Los Roques. Pero, íbamos a estar más de 3 días en Los Roques?

Dinghy dock y lanchas de pescadores en Los Roques. Venezuela.

Esa misma mañana y como la oficial nos dijo que no podíamos mover el barco de su sitio, decidimos coger el dinghy y recorrer dos millas hasta la isla vecina de Madrisky. Aquí empezamos a darnos cuenta de lo maravilloso del Parque Natural de Los Roques. Playa de arena blanca que parece harina y gran cantidad de aves y peces. Peces que prácticamente puedes tocar con las manos y pelícanos que se zambullen justo a tu lado para capturar esos peces. Naturaleza en estado salvaje. Espectacular!

Madrisky con los petreles y pelicanos pescando junto a nosotros.
Jugando con un esqueleto de… ballena?

Por la tarde decidimos bajar de nuevo a El Gran Roque donde estuvimos paseando durante casi dos horas por sus calles de arena de playa y sus posadas decoradas con encanto y colores vistosos. Incluso Sara y Mía pudieron jugar un rato con las nenas locales mientras María y yo nos entreteníamos viendo un partido de voleyball de la gente local (por supuesto en la plaza del pueblo, que también era de arena de playa).

Partido de Volley “playa” en la plaza del pueblo.
La virgen del Valle. Grafiti en Los Roques.
Mia posando.
A Mia le gusta posar!
Mia posando en la Montaña de Caracolas en el Gran Roque.

Al día siguiente por la mañana, desobedeciendo la orden del SATIM pero siguiendo los consejos de la guardia costera y de la policía, los cuales nos dijeron que no íbamos a tener problema, levamos ancla y pusimos rumbo sur para pasar la mañana en la isla de Crasky.

Los colores del agua en Crasky.
Estrellas de mar en Crasky.
Estaba lleno de estrellas de mar.

Llegamos a las 10 de la mañana a Crasky en una travesía donde pasamos por una zona donde la carta marcaba 4 metros de profundidad y la sonda llegó a darnos 2,20 metros cuando el calado del Saramia es de 2,30, es decir, hicimos un buen surco en la arena y aguantamos la respiración para no quedarnos encallados. Esta claro que no podemos fiarnos de la carta al 100%, como muestra, una imagen de la carta C-maps donde el barco aparece encima de tierra y una captura de la carta de Navionics donde estamos en el sitio correcto.

Fondeados en Crasky. Los Roques.

Navionics Ok. Donde estamos!!
C-Maps Fatal! 100 metros a la derecha de donde realmente estamos
Fondeados en Crasky. Los Roques.
Crasky

En Crasky pudimos ver otros barcos fondeados y pudimos hablar con Venezolanos que estaban disfrutando sus vacaciones en la isla y de los problemas que tienen con el gobierno cada vez que quieren navegar. En fin, no hay mal que 100 años dure. Paciencia Venezolanos.

A mediodía pusimos rumbo oeste para llegar a la hora de comer a Cayo Carenero. Uno de los fondeos más bonitos en los que hemos estado en todo el caribe. Casi exclusivo para nosotros. A excepción de un velero suizo que también se encontraba un poco más al oeste de nosotros.

Nada más llegar nos tiramos los 4 al agua con las aletas y nos fuimos nadando hasta las playas cercanas rodeadas de manglares. La cantidad de peces que había bajo nuestro barco era espectacular, de todos los tamaños y colores, un paraíso para practicar el snorkel.

Por la tarde pudimos visitar la isla cercana con nuestro kayak y pasear un rato por la orilla de la playa totalmente desierta.

Llegamos con Kayak a Cayo Carenero.
Sara y Mia jugando en Carenero. La playa desierta totalmente para nosotros.
Hablando por caracoláfono en Cayo Carenero.

El fondeo estaba tan protegido que parecía que estuviésemos en un lago. Ningún balanceo y prácticamente nada de viento. Desde que amarramos en la marina de Santa Lucía que no dormíamos como en una casa.

Pero durante la noche tuvimos varias tormentas, incluso tormentas eléctricas y por el día nos despertamos con un día gris. No apetecía hacer nada. El plan era hacer snorkel en la isla cercana, pero no había ganas. Al final decidimos marcharnos a las 11 de la mañana rumbo a Cayo Agua.

Fondeo en Cayo Carenero. El día amaneció Gris.

De camino a cayo agua pudimos pescar nuestra cena. La pesca aquí es abundante. Aún siendo parque natural la pesca está permitida. La verdad es que no tengo ni idea de pescar, pero aquí es lanzar el señuelo y en menos de 5 minutos tienes un pez enganchado. Recoger el carrete y listo.

Una de las varias pescas que tuvimos navegando.

Sara y Mía empiezan a asociar lo que comen. Ven al pez morir y no les gusta, de hecho les explicamos que la única opción para comer sin matar animales es comer verduras o los alimentos que dan los propios animales. Y lo entienden y dicen que ellas no quieren comer animales, pero todavía no terminan de asociar de donde vienen las salchichas y demás alimentos procesados. Creo que esto también es educación. Ver morir al pez y no verlo envasado en una bandeja en mercadona te hace ser consciente de lo que debes hacer para alimentarte y poder tomar decisiones en el presente o futuro y decidir si quieres comer carne o no.

Al llegar a Cayo de Agua preparé una fantástica fideuá, con caldo de pescado de la zona y langosta que todavía teníamos congelada de nuestra pesca en Grenada, no está bien que yo lo diga, pero la fideuá estaba para cantarle una saeta. ahh y vino blanco Soldadito Marinero de Ontinyent. Todo un lujo para estar en medio del mar Caribe. Se nos cayó una lagrima de la emoción.

Fideuá TOP Level!

Mientras comíamos tuvimos la visita abordo de un Pelícano. Sara y Mía salieron emocionadas y chillando a la cubierta y les dijimos que no hicieran ruido que sino el pelícano se marcharía, pero pasada media hora y viendo que el pelícano todavía seguía en la cubierta poco a poco fueron cogiendo confianza y lo bautizamos como Peluquín, la nueva mascota del Saramia. Casi una hora después el pelícano se fué por donde vino.

Sara y Mia contemplando a Peluquín.

Por la tarde bajamos a conocer la isla y en la isla sólo había una familia venezolana mas pasando las vacaciones en un yate. Estuvimos charlando con ellos y Sara y Mía estuvieron jugando con las hijas de la familia un buen rato. Al final de la tarde se fueron y nos quedamos solos en toda la isla disfrutando de la que dicen es una de las 10 playas más bonitas del mundo.

Con los venezolanos que conocimos en Cayo de Agua.
Cayo de Agua. Una de las 10 mejores playas del mundo.
Cayo de Agua.
Caya de Agua. El sitio espectacular. El tiempo no acompañó.
Cayo de Agua con el Saramia fondeado a la derecha.

Allí pasamos la noche completamente solos y sin ningún rastro de civilización a varias millas a la redonda.

Al día siguiente se levantó viento de 25 a 30 nudos que formaba olas grandes y hacían el fondeo muy incómodo, así que a las 9 de la mañana decidimos irnos de Los Roques y poner rumbo a Las Aves de Barlovento a 30 millas de donde nos encontrábamos.

Navegando rumbo a Las Aves.

Tras una navegación tranquila llegamos a las aves a las 3 de la tarde y después de comer fuimos a conocer la isla con la piragua.

Nos metimos con la piragua entre los manglares cercanos donde todos los árboles estaban cubiertos de petreles y Pelicanos. Era increíble la cantidad de aves que sobrevolaban por encima de nosotros y nos miraban como si fuese la primera vez que veían a unos humanos. Y en parte es posible que así fuese ya que por aquí sólo hay pescadores y dudo mucho que los pescadores puedan entrar con sus botes entre medio de manglares. Ni tampoco creo que les interese. Fue una experiencia increíble y nos sentimos muy afortunados por poder disfrutar de tanta naturaleza salvaje.

Nuestro fondeo en Las Aves de Barlovento.

Las aves es parque natural y sólo se acercan por aquí pescadores desde la Venezuela continental. De echo en la playa cercana a nuestro fondeo habían varias tiendas de campaña y nos acercamos a charlar con ellos.

Solo había un pescador preparando el fuego para la cena. El resto habían salido a pescar. Nos estuvo comentando que vienen a la isla 15 días para después vender la pesca en la cercana isla de las aves de sotavento a clientes que llegan en barco desde Bonaire. Principalmente venden langosta y caracolas. Después regresan a Venezuela continental a visitar a la familia y así se ganan la vida.

Cuando regresaron de la pesca se acercaron por nuestro barco para hacer trueque. Nosotros les llenamos un garrafa de agua de 20 litros y les dimos varias cervezas y un par de cajetillas de tabaco y ellos nos dieron la carne de 8 caracolas recién pescadas y nos dijeron que mañana nos traerían langostas y pescado.

A la mañana siguiente nos trajeron 5 langostas recién pescadas y varios filetes de pescado. Nosotros a cambio otras tantas cervezas, 3 cajetillas de tabaco y algo de verdura fresca. Todos quedamos más que contentos. Es genial el trueque porque te hace ver el valor relativo de las cosas.

Momento trueque con los pescadores locales en Las Aves de Barlovento.

Inmediatamente zarpamos rumbo a Las Aves de Sotavento donde llegamos a la hora de comer.

En Las Aves de Sotavento hay un destacamento de la guardia nacional de Venezuela y cuando estábamos a 3 millas de la isla principal se pusieron en contacto con nosotros para que nos identificáramos. Tras darles todos los datos nos dijeron que a la tarde se acercarían por nuestra embarcación para realizar una inspección rutinaria. Al final no vino nadie.

 

Las Aves de Sotavento al igual que sus islas vecinas sólo hay pescadores y nosotros éramos el único velero fondeado en todo el archipiélago. Como en el fondeo anterior los pescadores se acercaron por nuestro velero para ver si les podíamos rellenar los bidones de agua. A lo cual accedimos muy gustosamente y aprovechamos para charlar con ellos y conocer un poco más este estilo de vida.

Isla redonda en Las Aves de Sotavento.

La islas de las aves son pequeños montículos de arena blanquísima cada cual más bonito. Nosotros fondeamos en dos de ellos y pudimos bajar a disfrutar de nuestras exclusivas islas. También hicimos snorkel e los arrecifes cercanos. La cantidad de peces y la calidad del agua es realmente increíble. Te puedes quedar horas contemplando las distintas tonalidades de azules y turquesas de sus aguas. Esperemos que se mantengan igual de vírgenes por muchos años.

Desembarcamos con la piragua en isla larga en Las Aves de Sotavento.
Isla Larga en Las Aves de Sotavento.

En esa isla pasamos la noche totalmente solos, sin ninguna luz en el horizonte y contemplando la luna llena. A la mañana siguiente a las 7 de la mañana dejamos atrás las islas más bonitas del Caribe para poner rumbo a Bonaire. Sin lugar a dudas Venezuela es un país que nos ha enamorado tanto por sus paisajes únicos en el mundo como por su gente. Esperamos poder regresar en el futuro.

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