Hay meses en los que no ocurre nada y meses en los que vives una vida entera.

Junio de 2023 ha sido el mes más intenso de mi vida. Lo que debería haber sido una planificación de varios meses lo he conseguido comprimir en tan solo un mes.

El 23 de Mayo, Maria y yo, encontrábamos un catamarán en la web de Yachtworld que nos podía encajar. El precio estaba dentro de nuestro rango y aunque no tenía todo lo que nosotros buscábamos podía ser una buena opción.

Ese mismo día me puse en contacto con el Brooker y tras hacerle varías preguntas sobre el barco, le hice una contraoferta que el propietario aceptó. Al día siguiente estaba comprando los billetes de avión para llegar a Antigua.

El vuelo de Valencia a Londres salía el 27 de Mayo, para volar de Londres a Antigua el 28 de Mayo. Empezaba el mes mas estresante de mi vida.

El lunes 29 de Mayo visité el catamarán por primera vez. El brooker ya me informó que el catamarán había estado en seco el último año y que los propietarios, cuatro jovenes de NYC, habían decidido ponerlo a la venta en Marzo de 2023.

La primera impresión del barco fue bastante buena. Un catamarán muy mangudo y con un diseño clásico con la proa elevada. En el exterior tenía los defectos que el brooker mencionó por email, un golpe en la banda de babor que había sido reparado mal y con prisas y otro golpe en la popa. No parecían daños graves, solo había que repararlos bien y darle un buen pulido a todo el barco para quitar manchas de suciedad y óxido. Por lo demás todo OK.

Primera Impresión.
La primera impresión es lo que cuenta.

El primer día hice una inspección visual de todo el barco tanto por dentro como por fuera. El barco tenía muchos problemas, pero la mayoría eran problemas estéticos. Los cuatro propietarios habían ido a pasarlo bien y no habían cuidado la tapicería interior que tenía varios desgarros. Pero eso son problemas menores en un barco. Lo importante era que la estructura estuviese bien y que no hubiese ningún problema mayor.

Por el número de horas de motor, daba la impresión que los anteriores propietarios no habían navegado a vela en los dos años que fueron propietarios. De hecho, el catamarán tiene un winche eléctrico que ni tan siquiera habían nombrado en la descripción del barco. Quizá nunca lo habían utilizado.

Tras 3 días de inspección, le dije al brooker que me lo quedaba y que me gustaría hacer una prueba de mar. Hablamos con el propietario para hacer la prueba de mar y nos dijo que el barco ya no tenía seguro y que no tenia intención de hacer un seguro para la prueba de mar. Estábamos en un callejón sin salida.

Al día siguiente y tras recibir una asesoría express sobre catamaranes por parte de mi amigo Javi del Catamarán Zingay y por supuesto de hablar muchas horas con Maria, decidí hacer una oferta muy a la baja para quedarme el catamarán, sin hacer prueba de mar y ni tan si quiera ponerlo a flote. Me lo quedaba tal cual estaba. En seco y sin haber arrancando motores para ver si funcionaban.

En el Varadero.

Era una apuesta arriesgada, pero tenía la confianza de que el catamarán había llegado navegando y tanto motores como estructura, jarcia y velas parecían estar en buen estado. El vendedor ese mismo día dijo que no, pero el día siguiente llegamos a un punto intermedio y decidí quedarme el barco. El viernes 2 de Junio firmaba la compra-venta del Catamarán de nombre HAVEN y el lunes siguiente me fui a vivir a al barco. No había tiempo que perder.

Mi intención era ponerlo a flote cuanto antes, pero obviamente el vendedor no me dejaba ponerlo a flote si no había pagado el 100% del barco. Tenía una semana por delante de puro stress. Debía realizar todos los pagos y que no hubiese ningún problema para poder ponerlo en el agua a final de semana. Afortunadamente, tanto el brooker como el vendedor tenían cuenta en Revolut y esto agilizó todo el proceso muchísimo. El viernes ya lo tenía todo pagado y aunque mi intención era ponerlo en el agua ese mismo día, decidí posponerlo al lunes porque me estaban ayudando a reparar dos pequeñas rozaduras en la pala del timón y quería sustituir las baterías de motor y de servicio.

Durante la semana dormía tan solo 4 horas, me despertaba a las 3 de la mañana y me dedicaba a conocer el catamarán por dentro antes de que saliese el sol e hiciese imposible vivir dentro del barco. Averiguar cada uno de los cables, como estaban conectadas las bombas y si todas funcionaban, los instrumentos de navegación y sobre todo revisar todos los tambuchos tanto de interior como de exterior. Un trabajo que fácilmente te puede llevar meses, lo hice en modo express en tan solo una semana. Fue una semana bastante dura y en muchos momentos llegué a pensar que me había equivocado con la compra. Estar fuera del agua viviendo en un barco no te permite utilizar el inodoro, los mosquitos están por todas partes y el viento por lo general no entra por las escotillas porque el barco no está proa al viento. Quien haya pasado la experiencia sabrá de lo que hablo.

Al Agua!
El Nïu listo para ir al agua.

El día que pusimos el barco en el agua. ¡Feliz!
El día que pusimos el barco en el agua. ¡Feliz!

El lunes 12 de Junio pusimos el barco en el agua. Un gran acontecimiento para mí. En mi montaña rusa de emociones, ese día fue uno de los mas felices de mi vida. Ver que los motores arrancaban, el piloto automático funcionaba y poder echar el ancla y ponerme proa al viento fue un momento mágico en la corta vida de nuestro catamarán. Saber que nuestra apuesta había salido bien. Ese día estaba feliz, pero aun queda mucho trabajo por hacer y quedaba la parte más importante y difícil; Llevar el catamarán a Panamá lo antes posible.

Niu fondeado.
Niu Fondeado

La temporada de huracanes en el Caribe empieza el 1 de Junio. Los huracanes mas destructivos suelen ocurrir entre Agosto y Octubre, pero a nadie le gusta estar en esa zona durante la temporada de huracanes.

Aunque tenga mucha experiencia en navegación, mi experiencia navegando en catamaranes, se resume a una semana en San Blas con el Catamarán de Eric y Yani. No hubiese tenido problema en navegar de isla en isla del caribe pero navegar más de mil millas de Antigua a Panamá, cruzando el mar caribe de Este a Oeste, eran palabras mayores. Simplemente no me veía capacitado a llevar un catamarán recién comprado y que prácticamente no conocía durante tantos días de navegación.

Durante la semana que estuve en el Varadero me puse en contacto con Alex del Velero Intrépido. Él me dijo que me acompañaba siempre y cuando estuviésemos antes del 29 de Junio en la marina de Linton en Panamá. Por si le faltaba presión a la aventura le sumé un poquito más.

Compré los billetes de avión a Alex y quedé con él el sábado 17 de Junio en Antigua. Pero antes tenía que montar las velas y salir a navegar con el Catamarán. Tenía una travesía de 9 días de navegación y más de mil millas de distancia y solo había navegado desde el travel lift del varadero hasta el fondeo donde eché el ancla. Aproximadamente 200 metros.

Quizá me estaba precipitando un poco. Le decía a Maria que lo mas sensato sería navegar yo solo hasta Martinica y esperarlas allí. Pero tanto ella como yo queríamos estar en Panamá. Es donde nos quedamos en nuestra anterior etapa y es donde queremos retomar nuestra aventura. Racionalmente deberíamos preparar el barco y hacer la travesía mas adelante, pero no somos seres racionales, somos seres emocionales y nuestro deseo siempre ha sido regresar a Panamá.

El 14 de Junio, Ian, quien me había ayudado a poner el catamarán a punto, me acompañaría a dar la vuelta a la isla de Antigua.

El día de antes montamos todas las velas y el 14 de Junio dejamos el fondeo del varadero y pusimos rumbo a English Harbour pasando primero por Joly Harbour para repostar gasoil para nuestra travesía de mil millas. Salimos del fondeo a motor y todo fue bien, al rato izamos la mayor y sacamos el génova. Todo perfecto. Navegando a 8 nudos con un viento de través. El catamarán avanzaba rápido y estable y el piloto automático gobernaba el barco sin ningún problema. Volvía a estar feliz en mi montaña rusa de emociones.

¡Navegando a toda vela!

Pero en la entrada del Joly Harbour saltó la alarma del motor de estribor. Se había calentado. Al entrar en el cuarto del motor vimos que estaba todo el liquido refrigerante desparramado por la sentina. La correa del alternador había cortado una de las gomas del circuito de refrigeración. El alternador no estaba bien posicionado y la correa estaba cortando la goma. Lo reparamos con cinta americana y pudimos entrar a repostar en Joly Harbour sin mayor problema. Aunque las dudas empezaron a rondar de nuevo mi cabeza.

Pero cuando salimos de Joly Harbour lo peor estaba por llegar. A varias millas de distancia de nuestro destino y navegando a motor contra el viento, el motor de babor perdió de repente revoluciones y cuando me acerqué a ver lo que ocurría y abrir la escotilla del motor, un humo gris empezó a salir de la sala impidiendo que pudiésemos entrar. Paramos el motor y el mundo se desplomó sobre mi, miles de dudas empezaron a acribillarme la cabeza. Alex volaba el día siguiente y nos íbamos a embarcar en una travesía de 9 días y mil millas en un catamarán que había dado dos problemas serios en tan solo 10 millas. ¿A que sorpresas nos íbamos a encontrar Alex y yo en nuestra larga travesía? ¿Valía la pena asumir tanto riesgo?

Ian me observaba y movía la cabeza. “No vale la pena arriesgarse, no sabes por donde van a surgir los problemas en este barco” me dijo. “De todas formas vamos a esperar a que salga todo el humo del motor y vemos cual ha sido el problema”. En ese momento, estuve a punto de llamar a Alex y decirle que no fuese al aeropuerto al día siguiente.

Una vez pudimos entrar en la sala del motor, vimos que una abrazadera del codo del tubo de escape se había partido y que la solución era tan fácil como poner una nueva. Una de las cosas de las que puede presumir el nuevo barco, es de la cantidad de repuestos y herramientas que llevamos a bordo. Solo tuvimos que cambiar la abrazadera y el problema se solucionó. Pero mi cabeza era un mar de dudas. Una montaña rusa de emociones. ¿Aborto la misión y me quedo navegando por las Antillas o nos arriesgamos y me voy a Panamá con Alex…?.

El 17 de Junio a las 11 recibí a Alex en el Antigua Yacht Club y esa misma mañana hicimos el zarpe para salir navegando a Panamá el día siguiente. Sabía que no iba a ser una travesía sencilla y que las sorpresas nos esperaban en el interior de un barco que hacía tan solo 5 días se encontraba en el varadero.

La siguiente entrada es la continuación de este artículo. Una navegación de 9 días que nos llevaría desde Antigua hasta llegar a la marina de Linton en Panamá el 27 de Junio de 2023, justo un mes después de que cogiese un vuelo desde Valencia rumbo a Antigua. El mes más intenso de mi vida.

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4 comments
  1. Querido Jorge:
    Que alegria saber que estão de volta ao mar e agora com um catamarã!
    Parabéns pelo belo barco. Parece ser muito marinheiro e tenho certeza que levara você, Maria e as meninas por muitas milhas de navegadas incríveis e muito felizes.
    Problemas são normais. Acontecem até mesmo com barcos novos. A melhor forma de resolve-los é colocar o barco para navegar.
    Aqui toda a Família Biguá esta muito contente por vocês estarem retornando ao sonho de velejar pelo mundo!
    Bons ventos amigo!
    Um grande abraço: Márcio.

    1. Gracias Marcio por comentar!!

      Espero que les vaya todo bien en su nuevo camión 4×4. Es también una gran aventura y sin duda el mejor vehículo para recorrer toda sudamerica.

      Muchos recuerdos a la familia!!

      Un fuerte abrazo!

  2. Wow que travesía!! Desde tomar la decisión de navegar de nuevo y todo lo aquí narrado de este mes!!! Felicidades por atreverse y por su nueva casa!!! Espero ya lo que viene!! Buenos vientos!!!

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