No nos gusta navegar con fechas establecidas porque nos obliga a navegar con prisa y cuando las condiciones no son las mejores, pero algunas veces es inevitable y esta vez era una de esas.

El 15 de Mayo, Maria, Sara y Mia regresaban a España para pasar tres semanas en Ontinyent y yo me quedaría en Martinica trabajando en mi proyecto de Importardechina.com y realizando tareas de mantenimiento en el barco.

Por culpa de tener una fecha marcada en el calendario quizá no salimos en el mejor momento de Nevis para navegar de Oeste a Este. Salimos con una previsión de viento del sudeste cuando lo que realmente nos interesaba era un viento del nordeste, pero no había buena previsión a corto plazo y los billetes de avión ya estaban comprados, así que tocaba navegar con la previsión menos mala.

Como ya he comentado varias veces, todo lo que sea navegar de Este a Oeste en el Caribe es coser y cantar, pero cuando toca hacerlo al revés y contra los alisios la cosa se complica y es lo que nos ocurrió en nuestra travesía desde Nevis a Guadalupe.

Salimos de Nevis el 2 de Abril a las 6 de la mañana con la intención de llegar a Deshaies en el norte de Guadalupe 12 horas después. El viento soplaba del este-sudeste en un ángulo de 110º y nuestro rumbo era 140º, vamos, que nos tocaba ceñir toda la travesía, la intensidad del viento era de 20 nudos constantes con rachitas de 25 nudos. No estaba mal.

A la hora y medía de salir empezaron los mareos y hubo un momento que jamas habíamos vivido dentro del Saramia. Sara se encontraba en el salón viendo unos dibujos en el portátil (como casi siempre que navegamos contra las olas). Y en ese momento nos llama diciendo que tiene angustia y que iba a vomitar. Rápidamente activamos el protocolo de los mareos y vamos a buscar el recipiente para que pueda vomitar. Sara se puso a vomitar nada mas ver el recipiente delante de ella y Maria, que ya estaba un poco tocada de tanto pantocazo, tampoco pudo aguantar mas y también se puso a vomitar en la pila de la cocina. Mia viendo el percal decidió apuntarse a la fiesta y también ponerse a vomitar en otro recipiente. Esto no había ocurrido nunca. Nos faltaban manos y pañuelos de papel. Por lo general cada una guarda su turno para vomitar, siguiendo un orden, jeje, pero ese día el mar y sobre todo el rumbo de ceñida no dejo títere con cabeza dentro del Saramia.

Pasado el momento de caos dentro del barco pudimos reordenar la situación y las tres se fueron quedando dormidas poco a poco y gran parte de la travesía la pasaron dormidas en el camarote de popa babor.

Al final el rumbo no nos dio para llegar a Deshaies y toco abrirnos más para poder llegar a la isla de Pigeon, en el centro de la costa oeste de Guadalupe.

Fueron 80 millas de navegación en 14 horas en la travesía mas durita que hemos tenido en el Caribe.

Ya de noche echamos el ancla en la bahía de Pigeon Island y tras cenar algo rápido nos fuimos a descansar.

Al día siguiente nos despertamos y nos preparamos para bajar al supermercado pero en ese momento me fijo en la posición de los barcos vecinos y en una boya de peligro que al llegar anoche la teníamos en la parte trasera y esa mañana la teníamos delante de nosotros. Nos habíamos movido durante la noche!!.

Cuando llegamos por la noche, tiramos el ancla sobre 5 metros de profundidad y largamos 30 metros de cadena. Cuando revisé la sonda a la mañana siguiente estábamos a 10 metros de profundidad y nos habíamos movido 100 metros hacia fuera de la bahía. Afortunadamente era una bahía enorme y no nos llevamos a ningún barco por delante. Siempre he confiado en el ancla y la cadena de 12mm del Saramia, pero seguramente en esta ocasión el ancla cayó sobre hierba y no termino de agarrar en el fondo y poco a poco nos fuimos yendo hacía mar adentro.

Casualidades de la vida, 2 días después vimos a un barco garrear que se iba poco a poco fuera de la bahía sin ningún tripulante a bordo. Varios tripulantes de los barcos vecinos fueron al rescate del barco y consiguieron largar toda la cadena para poder frenarlo. Imaginar cual sería la sorpresa de los propietarios cuando regresaron al barco y no lo vieron en su sitio sino 300 metros más atrás. En fin, historias de la vida Marinera.

Gracias a que nuestro destino de llegada no fue Deshaies sino La bahía de Pigeon Island, tuvimos la suerte de conocer a Julian y Pauline, una pareja de franceses que llevan viviendo en España muchos años y se habían tomado un año sabático para navegar desde Francia hasta el caribe y regresar de nuevo a Francia en Junio.

Sara y Mia junto a Julian practicando Paddle Board

 

Cenita TOP con Pauline y Julian.

Con ellos pasamos muy buenos momentos cenando un par de noches en nuestro barco. Sara y Mia también hicieron muy buenas migas con Julian y Pauline y aprendieron a utilizar el Paddle Board.

Sara y Pauline en la Playa.

El fin de semana comimos con la hermana de Pauline y con su hija Sido que tenia la misma edad que Mia. Como siempre decimos estos son los mejores momentos de los viajes. Conocer a amigos navegantes que tienen intereses y objetivos parecidos a los nuestros.

Comiendo con los amigos franceses
Sara y Mia con Julia y Pauline y su Sobrina Sido
Sara y Mia con su nueva amiga.

El 8 de Abril seguimos nuestro rumbo sur y fuimos saltando de isla en isla hasta llegar a Martinica. Primero hicimos una parada de una noche en Dominica y al día siguiente nos movimos hasta Martinica. Llegamos el día 10 a St Pierre el norte de Martinica y el día 11 fondeamos en St Anne desde donde Las tripulantes femeninas del Saramia pondrían rumbo a España en avión y yo me quedaría 3 semanas fondeado.

Llegando a la isla de Dominica desde el Norte.
Llegando a la isla de Martinica desde el Norte. St. Pierre.

Aún tuvimos tiempo de juntarnos esos últimos días con los amigos del catamarán Zingay con los que no coincidíamos desde que estuvimos en St Martin. Con ellos cenamos varios días y como ya viene siendo habitual, Sara y Mia se quedaron a dormir en su catamarán. Benditos amigos!!

Aprovechando que el cumpleaños de Sara era el 19 de Abril, decidimos realizar la primera celebración (de las muchas que iba a celebrar en España) junto con los amigos del Zingay en una Pizzeria de Le Marin.

Celebrando el cumple de Sara en Le Marin.

El día que fuimos al aeropuerto, aprovechamos y alquilamos un coche para poder recorrer la isla y visitar el Jardín Balata. Un jardín botánico que se encuentra cerca del volcán Mount  Pelée y que es una de las principales atracciones turísticas de la isla de Martinica.

Recorriendo el Jardín Balata.
Puentes Colgantes dentro del Jardín Balata.
Más puentes colgantes.
Familia Saramia en el Jardín Balata.

Maria, Sara y Mia regresaron a España durante 3 semanas y yo me quede con Javi del catamarán Zingay durante esas semanas. Javi preparando el barco para cruzar de nuevo el Atlantico y regresar a Europa y yo dedicándome a mis ingresos pasivos (que cada vez tienen menos de ingresos pasivos) y a realizar tareas de mantenimiento del Saramia. Y por su puesto, vivir una vida relajada en el Caribe sin mujer ni hijas. 🙂

Último día de playa antes de regresar a España.
Bahía de St Anne.
En nuestra playa preferida de Guadalupe.
Sara y Mia en la Playa.
Sara y Mia en su barco de la playa.
Jardines de Balata. Martinica.
Con la Familia Zingay en los jardines de Balata. Martinica.
Sara y Mia en los Jardines de Balata
Sara y Mia con Eva y Anne en Balata.
Mia posando en los Jardines de Balata. Martinica.
Jardines Balata. Martinica.
Jardines de Balata. Martinica.
Jardines Balata.

 

Mia se dio un golpe en un dedito.
Clases de Ballet abordo.
Clases de Ballet abordo. Estiramientos.
Construyendo una casa de muñecas.
Con la casa de muñecas terminada.
Mia posando con la casa de muñecas.
comiendo mientras navegamos hacia Martinica.
Charlando con los perros.
Sara y Mia subiendo por primera vez a un avión.
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