Llegamos a Panamá el 11 de Noviembre y lo hicimos entrando por la parte norte de Panamá, por la provincia de Bocas del Toro.
La provincia de Bocas del Toro esta formada por una gran cantidad de islas de todos los tamaños, principalmente son islitas de pura selva y manglares y algunas de ellas tienen playas de arena blanca y aguas cristalinas. Las dos islas principales son isla Colón e Isla Bastimento donde se encontraba nuestro destino final, la Marina Red Frog.
En Bocas del Toro hay varias marinas, pero nuestro amigo Toni nos recomendó que fuésemos a la marina Red Frog donde aparte de ser una marina, también es un resort con casas, apartamentos, restaurantes, bares, playas de arena blanca y sobre todo con una espectacular piscina desbordante. Un lujazo.
La marina Red Frog se encuentra entre medio de manglares y jungla. No es difícil encontrarse con todo tipo de fauna mientras se camina por sus senderos. Toda clase de aves de colores llamativos. Osos perezosos colgados de las ramas más altas de los árboles y sobre todo de una pequeña ranita de color rojo con puntitos negros que da nombre a la marina red frog y a toda esta zona dentro de la isla de Bastimento.
A la hora de llegar a la marina se personaron en nuestro Velero las autoridades de Panamá, inmigración, aduanas y autoridad portuaria. Tras casi media hora rellenando y firmando documentos y tras pagar 215 dólares correspondientes a todo el papeleo, ya estábamos de forma legal en el Pais. Nos faltaba por tramitar el Cruising Permit. Pero esto ya lo haríamos en Linton Bay porque nos dijeron que era más sencillo hacerlo allí ya que en Bocas del Toro no tenían personal para tramitarlo. En fin…
El día siguiente de llegar a Bocas del Toro decidimos coger la lancha rápida que ofrece la marina para ir a visitar la ciudad.
Bocas del Toro es conocido entre los mochileros y surfers por las grandes olas que se forman en la costa del caribe. Caminar por sus calles es encontrarse con jóvenes (nosotros comparados con ellos ya no somos jóvenes) de todas partes del mundo que llegan hasta aquí para disfrutar de las muchas actividades que se pueden hacer recorriendo las selvas cercanas.
Nosotros estuvimos caminando toda la mañana por la ciudad y aprovechamos para hacer algo de compra en uno de los muchos supermercados chinos que hay en la isla. Los chinos, a diferencia de Colombia, son los dueños de todos los supermercados de Bocas del Toro.
La semana que estuvimos en la marina red frog fue bastante relajada. Con una rutina de cole por las mañanas y bañito en la piscina desbordante por la tarde. Nada de lo que quejarse.
Pero teníamos que movernos pronto. En unos días mi madre llegaba a Panamá y debíamos encontrarnos con ella en el aeropuerto internacional de Panamá City. Para ello debíamos acercarnos más hacia la capital y dejar el Saramia en una de las dos marinas que hay disponibles en el lado caribeño de Panamá, Shelter bay Marina o Linton Bay Marina, al final decidimos llegar hasta Linton y hacer una navegación de 26 horas desde Red Frog Marina hasta Linton.
Decidimos salir un día antes de la marina Red Frog para acortar la distancia de navegación y hacer noche fondeados en una playa al este de Bocas del Toro.
Bocas del Toro tiene mucho por descubrir, abundan las selvas y los manglares pero también se pueden encontrar playas de arena blanca desiertas y es en una de estas playas, conocida como playa azul, donde decidimos pasar la noche fondeados.
Por la tarde decidimos pasar la tarde en la playa y conocer a su gente local. Gente humilde que vive en pequeñas cabañas de madera en medio de la selva. En esta playa también habían varios hoteles donde Sara y Mia disfrutaron un rato de las instalaciones y nosotros pudimos conectarnos un rato a Internet, como buenos adictos 2.0 que somos.
Al día siguiente a primera hora de la mañana recogimos el ancla y pusimos rumbo este para intentar llegar a la marina de Linton Bay antes de las 12 del día siguiente.
Durante la travesía tuvimos vientos flojos del norte que no nos daban para ir a Vela y prácticamente toda la travesía la realizamos a motor.
Ya de madrugada nos acercábamos a uno de los puntos con más tráfico marítimo del mundo. El Canal de Panamá.
Es increíble ver la cantidad de mercantes y petroleros que se encuentran fondeados en los exteriores de la entrada del canal. Gracias al AIS que tenemos instalado en el Saramia podíamos ver todos los buques fondeados en la parte caribeña, los que se encontraban cruzando el canal e incluso los que se encontraban en el lado del pacífico panameño. Otro hito más para cualquier navegante. Pero el hito verdadero será cuando lleguemos a cruzar el canal y demos el salto al Pacífico. Esperemos que sea en uno o dos años. El tiempo dirá. De momento estamos muy a gusto en Panamá y por aquí vamos a estar un añito entero.
A las 11 de la mañana del 18 de Noviembre llegábamos a la marina Linton y tras llenar el depósito nos fuimos al que sería nuestro amarre durante toda la semana.
La marina Linton es una marina que, al igual que el resto de marinas de esta zona, se encuentra alejada de todo. Y cuando decimos alejada de todo nos referimos a que para localizar un supermercado decente debemos subirnos a un autobus durante una hora o como en nuestro caso, alquilar un coche para hacer la compra fuerte y ya de paso recoger a la abuelita que llegaba a Panama City.
El día que estuvimos en Panamá lo aprovechamos para comprar repuestos para el barco que no habíamos podido encontrar en Colombia. Filtros para el watermaker, tejido sunbrella para hacer un añadido al bimini y por su puesto para comprar la guía que es considerada la biblia de los navegantes en Panamá “The Panama Cruising Guide”, no navegues sin ella en Panama nos decían todos y no estaban para nada equivocados!.
Al día siguiente puntuales nos fuimos a recoger a la abueli al aeropuerto. Mi madre decidió cruzar el atlántico también en barco, pero ella lo hizo a bordo de uno de los muchos cruceros que cruzan de Europa al caribe para realizar la temporada de invierno por aquí. Su destino era Miami y de ahí cogió un vuelo para llegar hasta el aeropuerto de Panamá. Casi nada. Sara y Mia tienen una abuela yeye!!
Desde que salimos de Las Palmas hace un año que no nos habíamos visto. Las nenas y Maria estuvieron en España en Abril. Pero yo no he ido por España desde Septiembre de 2018 y la verdad es que ya tenía ganas de ver a mi madre, pero sobre todo tenía ganas de que ella pudiese comprobar la vida que llevamos nosotros y que comprobase con sus propios ojos lo felices que somos los 4 viviendo la vida plenamente en familia.
La visita fue corta, pero intensa. La disfrutamos muchísimo y nos lleno el congelador de guisos y mas guisos para que estuviésemos bien alimentados por los siglos de los siglos… Amén. Es lo que hacen las abuelas. Alimentar a su camada. Sara y Mia estuvieron encantadas con la visita de la abuela y como a todos se nos hizo corta. Muy corta! Tan solo estuvo con nosotros 3 días.
Al día siguiente de que mi madre regresase a España recibimos la visita de Maria y Lucas. Amigos de nuestra etapa que vivimos en Shanghai y que venían a pasar unos días con nosotros para disfrutar del espectáculo natural que es el archipiélago de San Blas. Un Archipelago formado por 340 Islitas idílicas y la mayoría de ellas deshabitadas.
Pero todo eso y mucho más lo contaremos en la próxima entrada del blog.