En San Blas hay una pequeña isla que los extranjeros conocemos como Cambombia y los Guna Yala como Morbedup.
La isla de Cambombia está habitada por tres familias Guna Yala en poco más de un kilómetro de perímetro. Cada familia dispone de su espacio en la isla donde también gestionan su pequeño negocio.
Cuando nos juntamos con los amigos españoles siempre bromeamos diciendo que en Cambombia podemos encontrar todo lo que necesitamos para sobrevivir. En una parte de la isla se encuentra la familia de Ocasiano que todos los días hornea pan de harina con leche de coco y además te puede vender cervezas, refrescos, pescado, centollo y langosta. En la otra parte de la isla se encuentra Nerio. Quizá Nerio sea el que menos dotes comerciales tiene, pero te puede vender cocos y hacerte una hoguera para que puedas hacerte tu propia barbacoa. Hay que decir que la familia de Nerio es la que gestiona la playa principal, la que se encuentra a sotavento, la parte más bonita de la isla y cobra a las embarcaciones que amarran de popa a la Isla. Y por último se encuentra Hernan. Hernan tiene la mejor esquina de la isla y cuando llegamos nosotros a finales de noviembre de 2019 solamente tenía un par de mesas y una pequeña cabañita que hacía de casa, despensa, cocina y de lo que hiciese falta. Cuando llegamos únicamente servía cervezas, pero poco a poco fue construyendo su pequeño poblado y en Navidades ya tenía su bar a pleno rendimiento. Con un menú sencillo pero de 5 tenedores. Langosta, centollo, pescado, ceviche de Cambombia y arroz de coco. Nada más. Si quieres que te cocine pollo no hay ningún problema, pero le debes llevar tu el pollo. Lo mismo ocurre con cualquier otro tipo de carne.
Esto es Cambombia, un auténtico paraíso en el que puedes encontrar todo lo que necesitas para vivir. Ahh, y lo más importante para nosotros, Cambombia es el lugar de veraneo de las tres familias que habitan la isla incluidas hermanas, hermanos, primos, tíos y sobre todo hijos y sobrinos. Muchos hijos y muchos sobrinos.
Bajar a pasear por la playa de Cambombia es como pasear por chiquilandia. Tanto la familia de Hernan, como la de Nerio, como la de Ocasiano llevan a sus hijos y sobrinos cuando el colegio está cerrado y aquello se llena de vida y alegría.
Para Sara y Mia, Cambombia ha sido su paraíso particular dentro de San Blas. Nunca querían irse de allí y cuando nos íbamos siempre estaban deseando regresar.
Desde el primer día que llegaron, Sara y Mia siempre se han sentido como en casa. Los niños Guna Yala, al igual que sus padres, siempre llevan una sonrisa en la cara y son muy amigables. Desde el primer instante que bajaron a la Isla hicieron amistad con Siseida y Talesca de la familia de Nerio, después conocieron a Nilka y Kimberley y por último a su amigo Ulises, entre muchos otros de cuyos nombres ya no nos acordamos.
El ir y venir de niños en el Saramia era intenso. Desde primera hora de la mañana hasta que se ponía el sol. Incluso los primeros días venían a comer al barco. Primero una, luego al día siguiente dos, al otro tres… Hasta que tuvimos que regular el acceso al Saramia para que nuestra casa continuase siendo una casa y no un parque infantil en una isla remota.
La vida era simplemente genial. Sara y Mia saltaban del barco y nadaban hasta la isla. Se iban al poblado de las familias a jugar con las gallinas y los cerditos, a trepar por los árboles, a jugar en la arena de la playa. Era su propio parque de aventuras. Un parque en el que no había edificios ni juguetes y todo se desarrollaba de forma relajada. Salían cuando querían y regresaban cuando les apetecía.
El barco también llegó a convertirse en barco escuela. Las amiguitas Guna Yala junto con Lua del velero Mola Mola se reunían en el Saramia para repasar geografía, matemáticas o lengua. Maria sacaba la pizarra y las manualidades y allí podían pasar fácilmente toda la mañana. Cuando se cansaban de dar clase les poníamos una peli en el ordenador o se iban a jugar por la cubierta del Saramia. El barco era su casa de juegos.
Un día decidimos hacer una batida a la Isla y recoger toda la basura que podíamos encontrar en la orilla de la isla. Los más peques colaboraron encantados y fueron tomando conciencia de lo importante que es no consumir productos que realmente no necesitas porque al final los productos que no necesitas pueden terminar en un lugar paradisíaco como esta pequeña isla de San Blas.
Muchas noches, mientras los papis cenábamos o nos tomábamos unas cervezas en el bar de Hernan, organizábamos sesiones de cine en la isla para todos los niños. En el Saramia tenemos un proyector a bordo y un gran repertorio de películas de dibujos animados. Con una tela blanca sujetada a dos postes del bar de Hernan, montábamos un cine improvisado al aire libre para todos los peques de la isla. Era fantástico ver a todos los niños sentados sobre un trozo de tela viendo una película de dibujos animados. Rodeados de naturaleza y de amigos y comiendo palomitas que alguno de los barcos bajaba para todos los niños. No hace falta decir que las palomitas en el cuenco no duraban ni un minuto.
En Cambombia fue donde pasamos todas las navidades. La nochebuena la celebramos en el Saramia con Olga y Juan, nuestros amigos del velero Imagine. Incluso llegó Papa Noel disfrazado de buzo. Sara y Mia no se lo podían creer, el año pasado llegó con un dinghy mientras estábamos en Martinica y este año pensaban que Papa Noel llegaría de la misma forma. No os podéis imaginar la cara de sorpresa, de ilusión y un poquito de miedo cuando vieron aparecer unas luces por debajo de la popa del Saramia y al momento vieron salir del agua a papá Noel con gafas de bucear blancas, gorro rojo y una larga barba blanca.
La nochevieja la celebramos en el bar de Hernan junto con el resto de amigos de veleros españoles: Imagine, Mola Mola, Avenger, Malevaje y con más gente de otros veleros. La cena por su puesto a base de langosta, centollo y arroz de coco. El menú estrella de Hernan.
Hasta los reyes magos llegaron a la Isla de Cambombia.
Sin duda en Cambombia hemos pasado una de las mejores navidades en Familia. Porque además de estar rodeados de buenos amigos también estuvimos rodeados de familias Guna Yala que nos acogieron en su isla y nos dejaron disfrutar de su pequeño paraíso.
A Maria se le ocurrió hacer un pequeño documental sobre la isla de Cambombia, donde Sara, Mia y Lua hacen de periodistas y entrevistan a las familias de la isla. Aquí bajo podéis ver el documental. Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros hemos disfrutado la pequeña isla de Cambombia.