Llegamos a Chipiona, desde Cádiz, y decidimos amarrar en el puerto de Chipiona. Habían varios fondeaderos en la zona, pero entre travesía y travesía las nenas prefieren bajar a tierra y es importante que ellas estén tan contentas como los papis.
Chipiona es una ciudad pequeña y tranquila. De casas de no más de dos plantas y calles estrechas adoquinadas. El faro y una iglesia es lo mas representativo de la ciudad. Poco mas hay para ver en la ciudad. El puerto deportivo es barato ya que pertenece a la junta de Andalucía y sus precios son iguales para todos los puertos gestionados por la junta (Marina Internacional de Cadiz, Rota, etc…). Nosotros por una noche hemos pagado 30€ en temporada baja (Luz, agua e IVA incluido).
A la mañana siguiente, día 5 de Octubre, madrugamos para remontar el Guadalquivir. La entrada al Guadalquivir, bien señalizada por boyas rojas y verdes, se encuentra a solamente 2 millas de la bocana del puerto. Aún así decidimos madrugar porque habíamos leído que es mejor remontar el Guadalquivir cuando la marea esta subiendo, de esta forma navegas a favor de la marea.
Se habla también de la barra de Sanlucar de Barrameda. La barra es donde se encuentran el río y el océano y suele tener sus aguas revueltas, llegando a ser peligrosas cuando el viento sopla fuerte del oeste y se encuentra la marea baja y la vaciante del Guadalquivir. Nosotros entramos al Guadalquivir con 5 nudos de viento del sur y dos horas después de la bajamar por lo que no tuvimos ningún problema en la barra de Sanlucar.
Navegar por el Guadalquivir es una autentica gozada, bordeando el Parque Nacional Natural de Doñana, donde tanto Sara como Mía aprendieron mucho sobre la Fauna del lugar. Pudimos ver toda clase de aves y montamos un pequeño vídeo explicativo para sus compañeros de clase de como es el Parque Nacional, y al ser una navegación tranquila, sin prácticamente movimiento en el barco, pudimos hacer muchas actividades abordo. Aquí podéis ver el video resumen de nuestra navegación hasta el club náutico de Sevilla.
Incluso en un tramo que el viento nos entraba por el través pudimos sacar velas y parar el motor, navegando a una velocidad de 5 nudos! Incluidos los 2 nudos de corriente a favor. 🙂
La navegación en el río no supone mayor problema. Solamente hay que estar pendiente de pasar entre las boyas verdes y rojas, nada mas. El calado en toda la remontada supera los 5 metros y de media suelen ser unos 10 metros de calado. Hay que tener en cuenta que por el río también navegan buques mercantes por lo que los veleros no tenemos ningún problema con el calado.
Nosotros nos cruzamos con 3 mercantes en las 51 millas que hay de recorrido desde el puerto de Chipiona hasta el club Náutico de Sevilla. Uno de ellos nos adelanto por la banda de estribor cuando nosotros estábamos navegando por el centro del canal. Realmente no nos dimos cuenta de que se acercaba, pero os podéis hacer una idea de la amplitud del Guadalquivir si un mercante puede adelantarte sin que te des cuenta hasta que lo tengas por tu través…
Si que hay que ir con mucho cuidado con los troncos que van a la deriva durante todo el trayecto, por lo general suelen ser ramas pequeñas sin mayor importancia, pero en 3 ocasiones vimos troncos que si hubiesen golpeado la proa del Saramia nos hubiesen dejado un buen recuerdo en la fibra de vidrio.
Otro punto que condiciona la llegada al club náutico de Sevilla son su esclusa y el puente de las delicias.
El río Guadalquivir dispone de una esclusa. La esclusa se encuentra a tan solo 3 millas del club náutico de Sevilla. La función de la esclusa es mantener siempre el mismo caudal en la zona de Sevilla. Si no existiese la esclusa la profundidad del río Guadalquivir en la parte de Sevilla variaría dependiendo de la marea.
Tanto la esclusa como el puente tienen sus horarios. Cuando reservas el amarre en el club náutico de Sevilla son ellos los que se encargan de avisar a la esclusa y a los que gestionan el puente de las delicias para avisarles que el día de nuestra llegada vamos a pasar por la esclusa y vamos a necesitar que nos levanten el puente.
En la esclusa nos dieron permiso de paso a las 9 de la noche y el puente lo levantarían a las 10 de la noche. De la esclusa al puente hay tan solo 3 millas náuticas. Por lo tanto pasas la esclusa a las 9 y a las 10 pasas el puente de las delicias para llegar al Club Náutico de Sevilla.
El problema (mas bien, la ventaja) es que si remontas el rio acompañado con la marea vas con una corriente a favor de 2 nudos. Nosotros llegamos a las esclusas a las 18:30h con el motor a 1500 vueltas. Un poquito mas que ir a relantí y navegábamos prácticamente todo el rato a 6 nudos e incluso a mas sin tocar las revoluciones.
Cuando llegamos a la esclusa nos pusimos en contacto por el canal 12 de VHF con el encargado de la esclusa y nos dijo que en ese momento iba a pasar un mercante, que justo detrás de él entráramos a la esclusa y nos amarráramos a un lateral hasta que cerraran las compuertas.
Jamas habíamos pasado por una esclusa pero si que hemos visto videos de las esclusas de Panama donde una vez cerradas las compuertas el nivel del agua descendía o aumentaba rápidamente para igualar el caudal al de la otra parte. Pues bien, nosotros nos amarramos al lateral pensando que iba a ocurrir lo mismo pero no ocurrió absolutamente nada. A los 2 minutos la compuerta que teníamos en frente de nosotros se abrió y pudimos pasar. El nivel del rio no cambio absolutamente nada ya que estábamos llegando a Sevilla con la pleamar.
Una vez pasadas las esclusas nos toco amarrarnos a un lateral del rio para esperar hasta las 22:00h y que levantaran el puente de las delicias.
Antes del puente de las delicias se pasa por debajo del puente del Centenario. La altura del puente es lo suficientemente alta para que no toque ningún palo de los veleros que se dirigen al Club Náutico de Sevilla. Aun así, impresiona pasar por debajo de un puente colgante.
El Club Náutico de Sevilla se encuentra a la altura del parque de Maria Luisa justo en el margen contrario del rio y sus puertas de entrada al Club dan al recinto donde se instala la feria de Abril de Sevilla. Es decir, estas casi en el centro de la ciudad. Fácilmente se puede llegar caminando a todos los sitios.
El Club tiene unas instalaciones excelentes. El mejor con diferencia de todos los puertos que hemos estado. Los transeúntes que llegan hasta el Club Náutico tienen acceso a todas las instalaciones del Club. Es evidente que los precios no son nada económicos. Nosotros hemos estado pagando 80€ por noche en temporada baja. Aún así, la experiencia vale la pena.
Lo mejor de todo fue entrar en Sevilla y tener a nuestros amigos de El Vuelo de Apis esperándonos en el pantalán de amarre. Una vez amarrados nos fuimos a tapear con ellos en el restaurante del club náutico. Simplemente genial!!
La verdad que Sevilla es precioso para ver y pasear, coger carro de caballos, tapear … y si lo disfrutas con amigos Sevillanos, esto ya se vuelve como un sueño. !
Sara y Mía hoy disfrutan de un día en el colegio Huerta Santa Ana. Es el cole donde trabajan nuestros amigos Ingrid y Andrés y donde seguro van a pasar también un día inolvidable para ellas, junto con sus amigas, Elsa, Cloe y Nora.
Seguimos disfrutando de Sevilla y de nuestros amigos Sevillanos.
Un placer que no se puede expresar, Nos sentimos como en casa, y dan ganas de quedarse aquí mucho más tiempo… pero nuestro viaje debe continuar…
Nos esperan muchas aventuras más.