Tras cruzar el Canal de Panamá fuimos directamente a fondear a la zona de Las Brisas, con vistas al skyline de Panama City.
Allí estuvimos dos largas semanas. Mas por obligación que por gusto. No estábamos mal, simplemente que no es el fondeo de playas virgenes y aguas cristalinas al que estamos acostumbrados. Más bien era todo lo contrario. Agua sucia, rodeados de muelles de hormigón y decenas de barcos fondeados. Lo único bueno del fondeo es que había un parque fantástico para Erik al lado del muelle principal, incluso los fines de semana y festivos abrían un parque de atracciones donde Sara y Mia también lo disfrutaban.



La rutina de las dos semanas que estuvimos allí era trabajar duro en el barco por las mañanas y por las tardes bajar todos al parque para relajarnos. Una rutina, como ya os he dicho, forzada por los problemas de los motores.
El codo del motor de estribor estaba cambiado y no iba a dar ningún problema en varios años. Sin embargo, dicho motor tenía muchos otros pequeños problemas. El relé de encendido y apagado necesitaba un cambio urgente, cambiar filtros de aire, etc.. En general el motor estaba bastante oxidado y necesitaba una limpieza profunda, además mi intención era pintar la sala de maquinas porque la suciedad empeoraba el estado del motor.
Por otro lado, el codo del escape del motor de babor también tenia un pequeño agujero que podría terminar por partir el codo. La manguera del escape también había que cambiarla entera, además de muchos otros consejos de mejora que me dio Edwin cuando vino a cobrar el trabajo realizado dentro del canal. Muchas horas de trabajo y muchas caminatas para localizar todas las piezas que hacían falta.
Revisé a fondo ambos motores durante dos semanas, aún así, el día que decidimos marcharnos del fondeo, el tapón de desagüe del Liquido refrigerante se partió y se derramo todo el liquido en la sala de maquinas. Tuvimos que poner un tornillo con teflón para poder continuar ya que la pieza original no estaba en Panamá y deberíamos esperar varios días si la queríamos. Al final el 29 de Diciembre hicimos el zarpe Internacional de Panamá con destino Golfito en Costa Rica.
El día siguiente levantamos el ancla del fondeo de las brisas y nos dirigimos a la cercana isla de Taboga. Allí celebramos con una barbacoa a bordo del NIU que los motores no dieron problemas en las 9 millas de navegación desde Panamá. Empezábamos a recobrar poco a poco la confianza en los motores.

Taboga es la típica isla cercana a una gran ciudad donde los fines de semana los fondeos se llenan de lanchas que llegan desde Panamá City. No era nuestro estilo, pero después de estar dos semanas rodeados de muros de hormigón y polución nos vino muy bien el cambio de aires.
Allí pasamos dos días rodeados de panameños con música a todo volumen. El día 2 de Diciembre dimos el salto a las islas de Otoque, Islas prácticamente desiertas donde pasamos otras dos noches antes de hacer una travesía nocturna hasta el fondeo de Playa Benado. Una travesía de 87 millas que hicimos en una navegación nocturna de 14 horas.



La playa de Benado es una playa de surfistas. La ola del Pacifico entra hasta dentro de la bahía y forma una ola perfecta para los surfers, pero pésima para llegar con el dinghy. De hecho, el último día tuvimos que cambiar el fondeo y alejarnos un poco de la costa porque las olas rompían demasiado cerca de donde estábamos fondeados.

Los siguientes 7 días hicimos navegaciones diurnas, pero cada día dormíamos en un fondeo. Nuestra intención era movernos poco a poco y visitando diferentes fondeos en nuestro trayecto hacía el norte. En nuestra ruta hasta Costa Rica fondeamos en Punta Guanico, Punta Naranjo, Isla Cebaco, Isla Santa Catalina, Bahía Honda y en el parque nacional de Coiba.




Cada fondeo con su particular encanto y en los que estuvimos totalmente solos durante toda la travesía, únicamente nos cruzábamos con pangas de pescadores o de turistas.
El noroeste de Panamá no es una zona donde los navegantes se asienten, más bien es una zona de paso. Los que suben de Panamá hacía el mar de Cortés como nosotros o los americanos que bajan al sur para cruzar el canal de Panamá hacía el caribe. A pesar de ser una zona de paso, tiene varios fondeos que son un auténtico paraíso.
El archipiélago de las islas secas y el archipiélago de isla parida son una autentica maravilla. En islas secas pasamos tres noches fondeados en la isla cavada, una isla privada ocupada por casas de lujo. Allí pudimos disfrutar de una barbacoa en la playa. Por último estuvimos dos noches en Isla Gamez y desde allí ya pusimos rumbo a nuestro próximo destino, la Bahía de Golfito en Costa Rica. Una navegación nocturna de 15 horas y 83 millas náuticas.




















